Misión

 

El Seminario Menor “San Atilano” es una comunidad educativa cristiana católica de la diócesis de Zamora erigida por el Obispo, según las normas de la Santa Sede, para suscitar, cultivar y acompañar los gérmenes de vocación sacerdotal de los alumnos que pudieran presentar indicios de esta vocación.

Se pretende alcanzar este fin a través de una comprensión integral de la enseñanza, acompañanado personalmente a todos sus alumnos, con los medios necesarios para su maduración educativa, en el crecimiento humano, cristiano y específicamente vocacional.

 

Maduración educativa

El Seminario Menor es un centro privado gratuito de Educación Secundaria Obligatoria que, en colaboración directa con las familias de los alumnos, pretende aportar un nivel académico de excelencia. También se realiza un seguimiento formativo de aquellos seminaristas que cursan Bachillerato fuera del Seminario.

 

Crecimiento humano y cristiano

En el Seminario Menor entendemos que la educación para ser integral no puede ser reducida a una mera transmisión de conocimientos. Por eso ofrecemos un acompañamiento personal de cada alumno desde los valores que se derivan del Evangelio, para obtener una maduración humana y cristiana adecuada a la edad de cada chico.

 

Propuesta vocacional

Como fin último del Seminario, toda la comunidad educativa busca proponer a cada alumno, desde el más absoluto respeto a la libertad personal, la vocación sacerdotal como horizonte de vida. Somos conscientes de que para alcanzar este fin es importante contar con una comunidad lo suficientemente amplia.

 

Visión

 

El Equipo docente y formativo del Seminario Menor, a través de su compromiso con el centro, pretende convertirlo en referente académico, humano y vocacional para la sociedad y la Diócesis de Zamora; particularmente para todos los profesores de Religión y centros educativos católicos, junto con las parroquias y familias. Se expresará este objetivo a través de un porcentaje alto de promoción académica; mediante la adquisición, por parte de los alumnos, de una serie de

actitudes y aptitudes personales de excelencia; y a través unos resultados positivos, públicamente reconocidos, en la pastoral vocacional. De esta forma aspiramos a desarrollar un diálogo con el mundo y la sociedad, aportándoles un compromiso serio con la justicia desde la realización de algunos proyectos solidarios; e, igualmente, queremos que el Seminario sea un espacio de encuentro entre la fe y la cultura de nuestro tiempo. Por eso participa, apoya o colabora con aquellas acciones que ayudan a la promoción cultural en Zamora: campañas de promoción de la lectura, festivales de cine, teatro u otras manifestaciones artísticas, conmemoraciones culturales de carácter histórico y simbólico, premios de literatura o de fotografía, exposiciones artísticas, así como múltiples actividades deportivas.

Valores

 


 

    Personalización formativa:

 

La oferta educativa del Seminario parte de la realidad personal de cada alumno, desde el cariño y el respeto a su dignidad, para obtener de cada uno lo mejor.

 


 

Trabajo en equipo:

 

Cada uno desde su competencia, todos los agentes implicados en la vida del Seminario –docentes y no docentes- somos responsables de la formación de los alumnos.

 

 

Profesionalidad del profesorado y apuesta por la formación continua:

 

Entendemos que la excelencia educativa del Seminario Menor en gran parte depende de la excelencia profesional de un profesorado en constante formación.

 

Educación inspirada en la persona de Jesucristo:

 

Desde todos los ámbitos formativos, el Seminario quiere ofrecer una concepción cristiana del hombre, de la vida y del mundo, con la referencia explícita a los valores del Evangelio, para facilitar un discernimiento vocacional.

 

Rasgos de identidad

 

La identidad del Seminario Menor San Atilano está fundamentada en la sólida creencia de que el ser humano está llamado a la existencia por Dios, albergando dentro de sí unos dones que le hacen único e irrepetible.

El descubrimiento y desarrollo de esos dones son los que nos permiten ocupar nuestro lugar en el mundo y ser plenamente felices, por eso la piedra angular de la formación en éste centro es la cimentación de un proyecto personal de vida que ayude a los alumnos a descubrirse a sí mismos y su vocación cristiana.

Para ello se distingue el SER del HACER: SER implica descubrir los talentos y desarrollarlos mediante un proyecto de vida que está orientado a una determinada vocación; HACER supone asumir que la vida es un proceso cambiante, con circunstancias que favorecerán o dificultarán poder alcanzar esa vocación, pero contando siempre con la esperanza y la fuerza de que con constancia y paciencia es posible alcanzar esa meta.

Dicho fin pone de manifiesto la implicación de toda la comunidad educativa, siendo de gran importancia un acompañamiento individualizado que facilite el conocimiento de la propia interioridad del alumno, y con ello dotar de sentido su existencia. Para ello los acompañantes

trabajan también su propia interioridad y asumen la propia tarea educativa como proyecto de vida, transformándose de esta forma en referentes para los alumnos.

Cultura organizativa

 

La comunidad Educativa del Seminario se caracteriza por fomentar un clima familiar, basado en la confianza y en la cercanía. Esta forma de entender la educación implica favorecer espacios para la comunicación, de forma tal que permita el trabajo en red y la interconexión entre los diferentes profesionales.

 

El Seminario se encuentra dentro de un proceso de continua búsqueda de la excelencia en su labor, y ello incluye las competencias del Equipo Docente, caracterizándose por la apertura al cambio, la ilusión, la inteligencia emocional, un programa de formación tanto específica como asistida para ampliar las oportunidades de cambio y de innovación en las aulas.

 

Para alcanzar todos estos objetivos, el liderazgo institucional del Equipo Directivo ejerce su labor bajo el convencimiento de los valores de la justicia y la caridad. Acompaña a los educadores para que en su labor diaria se pongan de manifiesto sus virtudes, y sean referentes para los alumnos. Apoya y cohesiona al grupo, gestiona los conflictos, busca la implicación de los educadores mediante el consenso en la toma de decisiones e implica a todos los integrantes de la familia educativa del Seminario en la consecución de las metas propuestas.